jueves, 27 de septiembre de 2012

El vacío vibrante de los misterios por conocer.

Lo igual se separa
y lo distinto me asusta,
pero podemos beber algo
si eso es lo que te gusta.

La vida me consume
hasta el límite del mundo,
pero cuando tú me abrazas,
me siento devorador y rotundo.

Me gustaría que te fueras,
que estuvieras como ausente,
para dar mil paseos
y perderme con la gente.

Y tú, infinita realidad,
destrozando el deseo,
me insultabas sin hablar
con las llamas del infierno.
Tú una zorra y yo un perro.
Dijiste que la luna no era el dedo,
ahora en mis dudas me recreo.

Ya no te quiero.

Arena y hojas secas.

Vuelven esos terribles ecos
y silencios de acantilado rocoso.
Las arenas blancas que quemaron nuestros pies
se marcharon con los vientos y quedaron cubiertos
por las hojas muertas de equinoccio triste y gris.
Quedamos marcados por las lluvias frías
y el aire gélido que curtió nuestra piel
La lejanía reverbera contra el vacío
y el vacío choca con el tronador estruendo de la vida
y contra rumores de luz de corredor e infancia.

Amor y risas latentes bajo mantos marrones y secos;
meses muertos, ajenos al sentimiento,
aferrados a una belleza relativa,
inversa e introvertida,
disfrutada por pocos,
alabada por nostálgicos del dolor
y el olor del caucho y del parque,
y poetas de alma rota
que ansían la muerte perfecta
y el renacer del solsticio,
y de la arena que quema
y de las heridas en los pies.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Amores inventados.

Somos un invento
y en secreto aún leo
las cartas que no pude enviar.

Somos el deseo
y la pluma al cuento,
cuento historias para no dormir.

Me distraigo en sueños
durante tantos años
que el abstracto del sentido
se empieza a columpiar
en tu ficticia realidad,
en tus momentos dramáticos,
este amor es asmático,
reumático, lunático.
Me voy a desmayar.

Somos el invento,
de quien cantó al viento,
novelas de amor fugaz.
El más puro deseo
de esta vida que es un sueño,
pero yo no me quiero dormir.
Porque estas sabanas están sucias,
sucias de tanto soñar.

Entre tantos te quieros,
lo único que aguanta es este deseo
y mis ganas de despertar.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ilusiones y poetas, dioses e iglesias.

De ilusiones vive el poeta,
y de incendios de vida y muerte a su alrededor.
Del final de las cosas, del inicio de otras,
de los gritos al vacío,
el vacío de los acantilados que nos ven caer.

De ilusiones vive un poeta,
agarrado a sus sentimientos, a un lápiz, a un papel;
a la esperanza de que ocurra,
a ese mágico "ojalá".

Ahora me veo rezando solo en una iglesia vacía,
un templo que honra a una deidad olvidada,
arrastrada por años y años de malas lenguas,
pero es la que convierte a simples criaturas en bellos ángeles
que queman con su luz el mal y la razón.
Me veo en una iglesia vacía,
te veo en una iglesia vacía,
nos veo en templos olvidados,
universos en llamas,
tu mirada entre tantas,
tu sonrisa fina, parece que corta,
te veo en una iglesia, sola;
yo siempre estoy acompañado por mis demonios,
mi alma está rota.
Te veo en una vieja catedral,
la pregunta es...
¿Rezamos al mismo dios?