domingo, 29 de diciembre de 2013

Estadística poética: Pirámide sentimental

Ahora que el miedo es un arte,
y la canción está amañada...
no sé muy bien cómo prometerte
que con el tiempo todo será igual,
que no va a cambiar nada,
y que el Sol seguirá brillando.

Ahora que el tablero ha quedado en blanco,
y han cambiado las tornas,
y pasamos de jugar de las damas a las zorras,
y vas ganando.
He apostado y he perdido.
Las fichas volaban en todas las direcciones.
El fuego en tus ojos, apuntando a mis ...

Se ha empañado el cristal,
esta mañana sólo había niebla.
Nieve en el alfeizar.
Se han empañado los espejos,
en el reflejo no había nada.
Me he levantado empalmado
pero esta mañana no quiero jugar.

Esta mañana me he levantado con ganas de marcha,
me he levantado queriendo desgarrar tus labios,
me he levantado muy violentamente.
Me he levantado contra las formalidades.
Me he levantado con todo este dolor sobre los hombros.
Me he levantado de un salto contra ti.

Respiro... como se respira cuando el mundo puede contra uno.
Como cuando queremos olvidar el dolor de espalda.
Como cuando soplas las velas imaginarias de todo lo que pesa.
Respiro para echar todo lo que guardo en los pulmones.
El odio empieza en el estómago.
Es una bola de fuego que nos quema las entrañas.
Nos quema las entrañas y deja el humo en los pulmones.
Hoy sólo quedan escombros. Los estragos de todo lo que callé.
Y versos largos, mucho más largos de lo que solían ser.
Mucho más largos de lo que están acostumbrados a ser.
Porque llevo mucho más tiempo callado. Hablando sin hablar.
Y todas estas palabras crecen como una pirámide que alcanza el cielo, que toca el pecho.
Y que mueren poco a poco. Sorprende la poca vida de algunas palabras sobre el papel.
Imagino que si se las lleva el viento, sucumbirán a la ciclogénesis explosiva.
Aunque a su muerte cicatrizan muchas heridas largo tiempo abiertas.
Quedan limpias, porque llueven palabras como maná celestial.
Duele un poco menos, porque ahora entra más luz.
Quedan atrás y casi ya no se ven.
Mira las hojas secas
que levantaron
el viento
otoñal.
Yo ya.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Ahora bien

Ahora me doy cuenta
de que son tus párpados
los que me hacen cerrar los ojos,
y eres tú misma la que, al respirar,
roba mi aliento a escondidas.

Quizás no entiendas
que tu misma existencia me hace daño,
que si al final del día
me sobran o faltan latidos,
es tu risa la responsable,
y que si algún día no me levanto
será porque tu cabeza habrá caído
como losa en mi pecho de eunuco.

Ahora bien,
                  no me importa.

Podría continuar...